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Spanish post from Ciudadano Cero by Jeovany Jimenez Vega

Juegos Olímpicos París 2024: ¿debió haber otros excluidos?



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Según informes de la ONU los ataques de Rusia en Ucrania habían provocado 10582 muertes de civiles durante sus 2 primeros años, mientras otras fuentes afirman que los ataques de Israel en Gaza habían provocado 34950 muertes de civiles en sus primeros 7 meses; aún aceptando posibles imprecisiones, si hacemos un cálculo proporcional, en caso de mantenerse tal ritmo de muertes al completarse 2 años los ataques israelíes habrían costado más de 122000 vidas palestinas y esto representaría ¡entre 10 y 12 veces!! la cifra de muertes provocadas en el mismo lapso de tiempo por los ataques rusos a Ucrania; sin embargo Rusia fue excluida hoy de los Juegos Olímpicos de París como antes lo fue del concurso de Eurovisión, mientras nadie ha cuestionado nunca en estos lares la presencia de Israel.



El presidente francés Macron atajaba el asunto presentando el caso ruso como un obvio caso de agresión, en tanto el israelí, según su razonamiento, sería un evidente acto de defensa. ¡Ah!, pero este chico de los Rothschild parece desconocer que donde siembras peras no recogerás manzanas. Que el conflicto palestino-israelí tenga su raíz en la fatídica decisión de la ONU de forzar en 1948 la fundación de un Estado judío en medio de una zona eminentemente árabe y musulmana a sabiendas de que estaba creando un polvorín -pues los judíos habían sido expulsados de la zona hacía casi 2000 años, cuando el General Tito destruyó el segundo templo por órdenes de Roma- pues ya esos son detalles menores; la misma ONU que miró a otro lado tantísimas veces cuando los colonos israelíes usurpaban cada vez más territorio a palestinos indefensos porque esas nimiedades nunca le han quitado el sueño realmente a nadie ni en la ONU ni en el COI.



Pues quien siembra vientos recoge tempestades y sucedió lo que suele suceder en estos casos: tras décadas de permisividad de la ONU, cinismo político, atropellos y crímenes impunes es predecible que algunos sectores se radicalicen y opten por una postura violenta, aunque por otro lado es un hecho probado y consumado que el propio Netanyahu financió el radicalismo de Hamas para perpetuar el conflicto y justificar la cruzada, pero esas también son nimiedades -visto el asunto desde la óptica impuesta por los sionistas que monopolizan los grandes medios de desinformación para los cuales las cifras que encabezan este post son sólo daños colaterales menores, siempre en respuesta a ataques terroristas. Así te lo sazonan, te lo empaquetan y te lo venden.



Nada importa que en el caso ruso haya habido numerosas evidencia previas de crímenes de autoridades ucranianas en las zonas fronterizas contra una población mayoritariamente rusa, y todos parecen ignorar cierto acuerdo pactado desde los años 90, todavía polvoreando el recién caído muro de Berlín, entre las más altas autoridades de rusas y la dirección de la OTAN sobre no desplazar sus fronteras un centímetro hacia el este -un promesa quebrantada al menos en 5 ocasiones por la alianza- hasta amenazar con la inminente incorporación de Ucrania que en febrero de 2022 ya colmó la paciencia del Kremlin. Azuza al oso que el oso salta, apostaban en Washington; azuza al oso ¡hasta que el oso saltó, porque no se puede mangonear de modo tan burdo a la potencia nuclear más letal del mundo!



En 2022 Rusia se encontraba ante una encrucijada decisiva: entrar en una guerra contra Ucrania en ese momento o contra la OTAN seis meses más tarde. Putin lo vio claro, y más allá del juicio moral es indiscutible el acierto desde el punto de vista estratégico militar. Luego el mundo ha visto cómo únicamente la ecuanimidad eslava ha evitado una escalada de impredecibles consecuencias en un mundo donde cualquier lunático puede apretar el botón equivocado, lo cual de paso ha corroborado lo que es un secreto a voces: que la OTAN ha mantenido una auténtica guerra no declarada contra Rusia en Ucrania manteniendo tropas, asesores y armamento financiado y operado en el terreno por efectivos de la Alianza atlántica. Y a quien esgrima cándidamente el soberano derecho de Ucrania de unirse al pacto que desee, le preguntaría yo: ¿qué haría EE.UU. si Putin llegase a un acuerdo igual de soberano con el México de AMLO para establecer bases militares rusas a unos kilómetros del Río Bravo?? Ahí lo dejo de tarea, para los entusiastas de las soberanías.



¡Pero había que excluir al ogro de los juegos de París! Ya si EE.UU. tuvo o no sobradas razones para boicotear el acuerdo ruso-alemán que hubiera abastecido a Europa de gas barato, esas son puras especulaciones; a estas alturas de la novela pocos dudan que el sabotaje del Nord Stream fuera ordenado desde Washington -y como lo que se sabe no se pregunta a nadie le interesa investigar- con todo lo cual EE.UU. pasó ¨desinteresadamente¨ a proveer de gas más caro a Europa, la gran perdedora del juego. Si el conflicto de Ucrania casualmente le vino de perilla a EE.UU. para desestabilizar a Europa -un largo anhelo desde que la caída del comunismo transformó el antiguo muro de contención en amenaza comercial- y para minar su cada vez más sólida relación comercial con Asia y sobre todo con China, comprometiendo de paso la alianza estratégica del eje Moscú-Pekín; en fin, todo tan casual que sostener lo contrario no sería más que conspiranoia pura y dura.



Que el ciudadano europeo hoy pague más cara su electricidad y tenga o no calefacción el próximo invierno, vea como se dispara la inflación y vive un entorno más inseguro gracias, en gran medida, a un Parlamento Europeo que en lugar de velar por sus intereses y su seguridad queda con el culo al aire cada vez que alguien tose en Washington; este contribuyente ve perplejo como a pesar de su propia ruina se hayan destinado miles de millones a una guerra artificial inútil para Europa, financiando a Zelenski, un payaso al frente del gobierno más corrupto de Europa, en una olímpica tomadura de pelo de tintes surrealistas, gestada para satisfacción de los halcones del Pentágono.



Pues nada, que a la larga aquel Plan Marshall ha resultado demasiado caro. Pero en París había que excluir a Rusia y no a Israel, porque así va este mundo nuestro, hacia esa apocalipsis amoral anunciada en estos juegos de la ignominia -sin duda los peores de la Historia- cargados de insinuaciones infames que todavía hieren la retina, la sensibilidad, la fe y el sentido común de miles de millones de cristianos y no cristianos con su patética feria de drags y su esperpento de gnomo desnudo, todo un cisma del mal gusto y la vulgaridad más ofensiva -y contra el cual el Vaticano recién emitió, sólo una semana después, una tibia declaración en su Portal Web. ¿En serio este aquelarre fue esto lo mejor que pudo ofrecernos la cuna de la Ilustración? ¿Acaso no sabían aquellos que financiaron, organizaron y permitieron semejante ultraje que a un tiro de piedra de tal profanación reposaban bajo su pirámide de cristal algunas de las creaciones más sublimes del género humano? Esperemos que más temprano que tarde el pueblo francés acopie su indignación y reivindique su dignidad por encima de tanto wokismo de mierda. París se merece una disculpa.



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