Cumplía una condena de 14 años por “sabotaje y desórdenes públicos”
Gerardo Díaz Alonso, preso por el 11J, junto a su esposa y uno de sus hijos
14ymedio, Havana, 18 October 2024 -- El preso político Gerardo Díaz Alonso, de 35 años, quien cumplía una condena de 14 años por participar en las manifestaciones antigubernamentales del 11 julio de 2021 (11J) en Cuba, falleció este jueves en la prisión de alta seguridad de Canaleta, en Matanzas. La causa de la muerte fue un infarto, según reportó el activista Aylín Sardiña Fernández en Facebook.
Díaz Alonso fue juzgado por “sabotaje y desórdenes públicos” tras sumarse a las protestas en Cárdenas. Desde entonces, “marcado” a los ojos del régimen, el joven vivió una injusticia tras otra. El día de su detención fue subido a golpes a una patrulla y estuvo varias jornadas incomunicado, en situación de desaparición forzada.
El juicio se celebró en diciembre de 2021, pero su sentencia la recibió el 29 de enero de 2022 sin el conocimiento de su familia, que no supo de la sanción hasta el siguiente 3 de febrero, lo cual le impidió apelar. “Al ser por Fiscalía militar, solo teníamos cinco días”, explicó entonces su esposa, Mercedes Sánchez, a 14ymedio, y agregó que los papeles llegaron tarde y ni siquiera les comunicaron por teléfono la sanción. Junto con él, 11 personas más fueron condenadas.
[[El día de su detención fue subido a golpes a una patrulla y estuvo varias jornadas incomunicado, en situación de desaparición forzada]]
Padre de dos niños pequeños, Díaz Alonso ingresó a prisión con un padecimiento en los riñones, que se agudizó luego de que hiciera huelga de hambre en protesta por su sentencia. En ese entonces, su pareja dijo a este medio que temía que el cuerpo de su esposo “no vaya a reaccionar muy bien”.
Apenas llegó a prisión fue internado en una celda de castigo, de la que no salió hasta que su huelga puso nerviosas a las autoridades. Tras sacarlo del confinamiento, fue llevado a una enfermería porque había empeorado su salud. Su madre fue a visitarlo durante ese período. “Se puso muy mal” cuando lo vio, dijo Mercedes Sánchez, quien también asistió entonces a la prisión: “Está flaco, su rostro no tenía color y se iba de lado”, fue su descripción en ese entonces.
Diversos medios independientes y organizaciones han reportado las condiciones que viven los presos en la Isla. Una de ellos fue Cubalex, que acusó en septiembre pasado a las autoridades de emplear “de forma arbitraria y discrecional la reclusión en celdas de castigo, y sobrepasan el tiempo estipulado en sus propias normas para esta práctica”. Los reclusos sufren “tratos crueles e inhumanos”.
En su reporte, la ONG informó de que, durante el primer semestre de este año, al menos 26 personas fallecieron en las cárceles de la Isla –cuatro cada mes, en promedio–, aunque los escasos datos oficiales obligan a considerar que el número es apenas un “subregistro importante de los números reales”, de acuerdo con el mismo informe. A esa lista se suma este octubre Gerardo Díaz Alonso, sin que las autoridades hayan ofrecido explicaciones por su muerte.
[[Durante el primer semestre de este año, al menos 26 personas fallecieron en las cárceles de la Isla –cuatro cada mes, en promedio–]]
Las extremas condiciones en las que se vive en las prisiones cubanas han llevado también a más de un recluso a suicidarse. Es el caso de Yosandri Mulet Almarales, también encarcelado por manifestarse el 11 de julio de 2021, quien fue condenado a 10 años de prisión por sedición. Falleció en el hospital Julio Trigo, en La Habana, donde ingresó el pasado 22 de agosto tras lanzarse al vacío en el Puente de Calabazar durante un pase. En junio de 2022 también había intentado quitarse la vida, reportó el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas. Mulet Almarales apenas tenía 38 años.
La misma organización informó a inicios de septiembre que había riesgo de suicidio en al menos una decena de presos políticos cubanos. En otro informe documentó tres “eventos de ideaciones suicidas”, tres autoagresiones y seis intentos de quitarse la vida en 10 presos políticos cubanos (siete hombres y tres mujeres), desde el 1 de enero de 2024.
En Cuba hay un total de 1.113 presos políticos, según el último recuento realizado por Prisoners Defenders publicado este jueves, en el que se registra a 62 personas recluidas que “padecen trastornos de salud mental clínicamente diagnosticados”.
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